Pecado suyo, alma suya: El Monstruo Pentápodo
- Bernardo Monroy
- 11 jun 2017
- 1 Min. de lectura

La rutina de Raymundo Betancourt, protagonista de la novela El monstruo pentápodo de Liliana Blum: sale de su casa, realiza todos sus pendientes en las obras en cuestión, ya que se gana la vida como ingeniero, se da a conocer como un hombre ejemplar, respetado y apreciado por todos; saca a pasear a Isidro, su adorable perro labrador y mastica unos chicles de canela. Más tarde visita a su novia, Aimeé, quien por cierto es una enana. Después, ya que se desocupó, disfruta de sus pasatiempos.
Esos pasatiempos son ir a espiar niñas de cinco años nadando en la alberca de cualquier centro acuático y, si tiene suerte, secuestrarlas para encerrarlas en su sótano y abusar de ellas.
El monstruo pentápodo de Liliana Blum, cuyo título viene de una frase de “Lolita” de Vladimir Nabokov (no pudo ser más apropiado), es una novela que está dando mucho de qué hablar y no es para menos, pues profundiza en las pasiones, obsesiones y deseos, tanto emocionales como carnales, de un pedófilo.
Comments